Si ya habéis visitado con anterioridad mi humilde blog, sabréis que me gusta utilizarlo para dar a conocer anécdotas y curiosidades divertidas sobre el whisky. Por eso, hoy quiero hablaros de un invento desarrollado hace ya un año en la Universidad de Glasgow, Escocia (¡Cómo no!) por un grupo de científicos a los que les debe preocupar mucho la calidad del whisky. Sólo por eso tienen mi eterno agradecimiento 🙂
¿Qué tiene de particular este invento? Pues que se trata, nada más y nada menos, de una “lengua” artificial capaz de distinguir el whisky bueno del garrafón. Alucinante, ¿Verdad?
El artilugio en cuestión lo compone una diminuta placa de vidrio, forrada con láminas submicroscópicas de aluminio y oro, y distribuidas según un patrón de tablero de ajedrez. Los científicos recurrieron a estos dos metales porque la forma en que absorben la luz cuando son sumergidos en whisky aporta información muy detallada acerca de las propiedades del licor.
Como parte del experimento, los científicos vertieron sobre estas “papilas gustativas” una variada selección de whiskys GlenFiddich, Glen Marnoch y Laphroaig.
Que digo yo, igual podrían haberme llamado a mí. Pero claro, mi lengua no es de oro por mucho que me enrolle hablando. Qué inyustisia. En fin.
Lo más increíble es que la lengua artificial fue capaz de “saborear” las diferencias entre las distintas maltas con una precisión de, atención… más del 99%. No sé vosotros, pero si yo fuese un catador profesional de whisky, empezaría a preocuparme.
Aplicaciones más allá del whisky
Por último, cabe destacar que esta lengua artificial no sólo puede emplearse para diferenciar un whisky auténtico de una falsificación o de un lote defectuoso (dos cosas muy útiles para los amantes del whisky) También podría emplearse para detectar sustancias tóxicas o incluso distinguir un perfume falso de otro verdadero.
Resulta impresionante lo que avanza la tecnología, ¿Verdad? Aquí tenéis el vídeo con la noticia.
Me encantaría saber qué os parece todo esto. ¿Creéis, como yo, que estos dispositivos terminarán relegando al olvido la noble profesión del catador?¿O pensáis que nada puede sustituir el buen hacer de un paladar humano bien entrenado? Dejadme vuestras impresiones en los comentarios. Estaré encantado de leerlas y comentarlas con vosotros.
Gracias por leerme hasta el final. ¡Saludos whiskeros!
